sábado, 19 de julio de 2008

Cerebros y cerebras


La miembra Bibiana, ministra de Igualdad del gobierno de España debiera aclarar cuanto antes si la finalidad de su aspiración concluye con los aberrantes privilegios de la clase a la que ya pertenece, o si quiere extender la acepción del término igualdad (1) a los campos biológicos y psicológicos que contaminan el hecho social, (vistos sus antecedentes creativos con el lenguaje).
Si la igualdad excede de lo social, ante la ley, igualdad de posición individualizada respecto de la decisión sobre sí mismo por encima de ninguna institución ( que no sea la que otorga tal derecho, claro), el problema es grave. Si no es el caso, el propio ministerio no tiene finalidad conocida, a no ser lenguaje perverso que perpetua la distinción radical.
De cualquier manera le interesarán sin duda informaciones como esta; “El sexo del cerebro”, artículo que copio debajo, (la bibliografía es abundante, copio este sólo porque lo leo hoy mismo). Antes puede pasearse por esta magnífica página sobre actividad cerebral y procesos mentales, http://www.biopsicologia.net/inicio.php4 .

Hay quien dice que se debe humanizar la ciencia, como si esta fuera producto de las mariposas.

(1) igualdad.
(Del lat. aequalĭtas, -ātis).
1. f. Conformidad de algo con otra cosa en naturaleza, forma, calidad o cantidad.
2. f. Correspondencia y proporción que resulta de muchas partes que uniformemente componen un todo.
3. f. Mat. Equivalencia de dos cantidades o expresiones.
~ ante la ley.
1. f. Principio que reconoce a todos los ciudadanos capacidad para los mismos derechos.
~ de ánimo.
1. f. Constancia y serenidad en los sucesos prósperos o adversos.


El sexo del cerebro
Extraído de BBC Ciencia, http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/science/newsid_7513000/7513816.stm

Una investigación publicada en la revista New Scientist afirma que no existe un sólo tipo de cerebro, sino dos: el de los hombres y el de las mujeres.
No es secreto que los hombres y las mujeres pensamos de manera muy distinta, pero hasta ahora se pensaba que esas diferencias se debían a la función de las hormonas o las presiones del medio ambiente.
Ahora, esta nueva investigación sugiere que los cerebros de los hombres y de las mujeres tienen estructuras genéticas distintas y por lo tanto numerosas diferencias anatómicas.
Por ejemplo, diferencias en las redes de los circuitos cerebrales y en las sustancias químicas encargadas de transmitir mensajes entre las neuronas.
"Todo esto conduce a la conclusión de que no hay un tipo de cerebro humano, sino dos" afirma Hannah Hoag, autora del informe.

Interrogantes.
Durante mucho tiempo los científicos han tratado de entender cómo difieren los cerebros del hombre y de la mujer.
Pero hasta ahora no ha logrado una conclusión que explique, por ejemplo, por qué las mujeres son propensas a sufrir distintos trastornos mentales que los hombres, o la razón por la cual algunos fármacos funcionan bien en los hombres pero no tienen casi efecto en las mujeres.
Lo que saben hasta ahora los neurocientíficos es que las diferencias que existen entre los cerebros de hombres y mujeres se deben al hipotálamo.
El hipotálamo está involucrado en el control de la ingestión de alimentos y el deseo sexual, entre otras cosas.
Pero aparte del hipotálamo, se creía que el resto del cerebro era el mismo, fuera de hombre o mujer.
Hoy, no se cree así.

Emociones.
Un estudio reciente en la Escuela de Medicina de Harvard encontró que partes del lóbulo frontal, donde se regulan las funciones de toma de decisiones y resolución de problemas, era proporcionalmente más grande en las mujeres.
También se encontraron diferencias en la corteza límbica, que regula las emociones, y que era más grande en el cerebro de las mujeres.
Otros estudios han descubierto que el hipocampo, involucrado en la memoria de corto plazo, era mayor en las mujeres.
Entre las regiones que se cree son más grandes en el cerebro de los hombres está la corteza parietal, que procesa las señales de los órganos sensoriales y está involucrada en la percepción del espacio.
Y también la amígdala, que controla las emociones y la conducta social y sexual.
Los estudios que se han llevado a cabo en este campo revelan que los hombres y la mujeres procesan un eventos emocional de forma muy distinta.

Dolor.
Otro aspecto en el que se sabe que hombres y mujeres utilizan distintos mecanismos cerebrales para controlar el dolor.
Un estudio, llevado a cabo por Anne Murphy de la Universidad de Georgia, está intentando descubrir por qué el dolor crónico afecta más a las mujeres que a los hombres.
La investigadora está centrando su estudio en un circuito de supresión de dolor que unen a dos áreas del cerebro: la sustancia gris periacueductual (SGPA) y la médula rostral ventral (MRV), con la médula espinal.
"Este circuito es la Meca de la modulación del dolor en los humanos -dice la doctora Murphy- y sin embargo nadie ha estudiado cómo está organizado en las mujeres".

Salud mental.
La investigadora intenta que sus estudios conduzcan a nuevos tratamientos contra el dolor que sean más efectivos en las mujeres.
La salud mental es otra área en la que se encuentran diferencias de género.
Dos veces más mujeres que hombres son diagnosticadas con depresión, y esto, creen los expertos, podría estar relacionado con los niveles de la serotonina, una sustancia química que se cree está relacionada con el estado de ánimo.
Por otro lado, los niños son más propensos que las niñas a sufrir autismo, síndrome de Tourette, dislexia, trastorno por déficit de atención y esquizofrenia.
Algunos científicos creen que la responsable podría ser unas sustancias parecidas a las hormonas llamadas prostaglandinas, que ayudan al cerebro de los hombres a "masculinizarse" antes del nacimiento.

Pocas mujeres.
Según el informe de New Scientist, todos estos estudios están en sus primeras etapas.
Pero una de las razones por las que no se ha podido hasta ahora confirmar las diferencias entre los cerebros de mujeres y hombres es que la mayoría de los estudios sobre el cerebro se llevan a cabo con hombres o animales machos.
"Esto -dice Hannah Hoag- significa que mucho de lo que revelan las investigaciones sobre el cerebro está basado en fundamentos muy débiles".
La conclusión es que todavía falta mucho por estudiar, sobre todo en lo que se refiere al cerebro de las mujeres.
Pero todo parece sugerir que la próxima vez que pierda la paciencia con su pareja o amigo del sexo opuesto, recuerde que quizás no puede evitar ser como es... todo está en el cerebro.


6 comentarios:

Anónimo dijo...

Se agradece un planteamiento científico sobre este asunto entre tanta estupidez de nuestros polític@s a los que nuestras desigualdades sólo les proporcionan votos y, en definitiva, dinero. Supongo que a la miembra de nuestro gobierno poco le importa si son el hipotálamo o la serotonina los "culpables" de las diferencias de sexo, ella será feliz con ponerle una -a a casi todo al final de la palabra para maquillar alguna que otra injusticia social.Da igual que ganemos menos pasta o que nos sigan mirando las tetas en una reunión de trabajo señores con traje y corbata a los que les da igual lo que digamos porque, al fin y al cabo, les adornamos la sala, lo que de verdad importa es que nos llamen ciudadanAs, votantAs, pagadorAs de impuestos y miembrAs. En fin... un placer volver a escucharte hace poquito en Galileo. Saludos.

Anónimo dijo...

Ya sabemos de la existencia de dirferencias entre hombre y mujeres a en todos los campos, afectivos, sociales, laborales, etc..., pero alguien se plantea desde el punto de vista educacional tratar este tema a nivel de personas ciudadanos del mundo, sin género?????

En fin que a mi me encanta ser mujer, luchar como persona y creer que en algún momento llegaremos a vernos como seres humanos y dejar de arrojarnos tanta mierda...

Como siempre, quedo exhausta cuando te oigo y te siento. Gracias por animarme las madrugadas y la mañanitas.

Saru dijo...

En una entrevista en el Diario Clarín, el profesor Ernesto Garzón Valdés contestaba así a la pregunta de si es necesaria la tolerancia:

"- ¿Pero no es necesaria la tolerancia?
La idea de tolerancia surge de parte de gente que se siente discriminada, excluida y que pide que ciertos actos que están prohibidos ahora sean permitidos. Pero una vez que se tiene el derecho subjetivo —por ejemplo, el derecho de practicar su culto, de que no lo discriminen como homosexual—, ya no es cuestión de tolerancia. Vale decir, si a una chica alguien le dijera que tolera que entre a la universidad, ella tendría el derecho de decir que se la está insultando, porque tiene el derecho de entrar. Que la tolerancia no sea necesaria sería el ideal. Una sociedad donde no hiciera falta invocar la tolerancia sería la sociedad ideal. Y en la Revolución Francesa, los que pedían por los derechos del hombre no pedían tolerancia, pedían derechos: "Yo quiero tener el derecho a votar, no que toleren que vote". Por este motivo pienso que en sociedades bien organizadas la tolerancia debería no tener lugar. Distinto es en el ambiente privado, donde uno puede tolerar que los hijos hagan ruido, que molesten; pero ahí levanto una prohibición en aras del cariño del padre con el hijo. "

Héctor Castilla dijo...

Qué gusto descubrir que hay científicos que afirman lo que uno lleva intuyendo desde hace mucho tiempo: que somos esencialmente distintos. Quizás deberíamos aspirar a la complementariedad y poco más (que ya es bastante ¿no?).
Por cierto, con respecto a los políticos y las políticas, a los ministros y las ministras, y a las imbecilidades de ambos géneros en el lenguaje dicho desde el amparo que da ostentar un cargo con ese poder, sólo añadiría un comentario del señor Albert Pla: 'un político muerto, un político menos'.

Un abrazo, hermano.

Héctor.

Héctor Castilla dijo...

Qué gusto descubrir que hay científicos que afirman lo que uno lleva intuyendo desde hace mucho tiempo: que somos esencialmente distintos. Quizás deberíamos aspirar a la complementariedad y poco más (que ya es bastante ¿no?).
Por cierto, con respecto a los políticos y las políticas, a los ministros y las ministras, y a las imbecilidades de ambos géneros en el lenguaje dicho desde el amparo que da ostentar un cargo con ese poder, sólo añadiría un comentario del señor Albert Pla: 'un político muerto, un político menos'.

Un abrazo, hermano.

Héctor.

Anónimo dijo...

por suerte y según los científicos, el cerebro es plástico y potencialmente moldeable, lo que supondría que podríamos crear nuevas redes neuronales y superar estereotipos. Norman Doige "El cerebro se cambia a si mismo". Besos.