Furgoneta, el Loren, David Ro, y Alex Martínez. Algunos instrumentos y el sol de despedida.
Loren resulta ser una buena persona, además del batería de Dr. Sapo.
La Botica de Málaga, con Javi, Juan, Alfonso, y más amigos. Lo pasamos bien y disfruto mucho. Nos reencontramos (no tocábamos en este formato desde diciembre). Estrenamos un par de cosas.
Vamos para Lebrija, tierra santa. El Teatro es maravilloso, y la pena que quedarán muchas localidades vacías. El concierto va bien, al menos arriba. Gracias a Isra, Miguel, etc. Por la noche, ya con la compañía de los amigos que allanan el camino y las amigas que lo florean, nos vamos de cruz en cruz, por las cruces de Mayo, y las voces que conocen los secretos ancestrales enseñan a las jóvenes los salmos ocultos en las letras populares de las sevillanas corraleras. Y así entre cervezas, vinos, botijos, habas, y decoraciones que mezclan sutiles detalles desde Astarté, a Cruzcampo, pasando por las colchas árabes y secretos andaluces, va llegando el alba.
Los moteros acuden hacia Jerez, en una caravana de cuero, carburante y ruído. Regados de alcoholes y limitados por rebanadas de buen pan con manteca.
En Sevilla me encontraré con viejos amigos, Alfonso del Valle y San Joaquín Calderón (entre otros). Y muchos más. Los chicos se volvieron en la furgo.
Las mujeres hablan un idioma exento de compromiso; alguien dice esto a mi lado.
El concierto del día 1 fue especial. Me sentí muy bien y la gente me dejó hacer. Recuperé canciones como “Seré” y estrené un par de ellas. Mágico para mí.
Dormí en casa de Jose (un menorquín cañailla) después de ver la luna desde su espléndida terraza sevillana, con las dos flores gaditanas; si bien los malos entendidos que el amor propone casi la nublan.
Cómo el sitio era pequeño repetimos al día siguiente para los que no pudieron conseguir entrada. También lo disfruté aunque el cuerpo ya se quejaba de los excesos de varios días.
Tuve el placer de invitar a cantar a Alfonso, Joaquín y Luis G. (que es un colega de San Fernando que pronto será universal).
Luego la fiesta, el David, Chiqui Calderón, Patricia, María y Silvia, Ana, los güenos tocaores, los milagros………………..
Lo pasé muy bien, hubo onda de la buena y esperamos repetir. Esa “estación” es un buen punto de destino y de partida.
Lo mejor del viaje vino de mi tierra, San Fernando, y me guió con su mirada hacia la luz.
El tren serpentea la vuelta. Y los caracoles serpentean toda otra posibilidad.
J. Calderón me hospedó la última noche, y su nuevo disco me tiene todavía a sus pies.
Salud!
Carlos.
2 comentarios:
Se puede decir más alto..pero no con más arte! siempre aprendiendo los de este lado. Conjuguemos compromiso :)
Me alegra saber que el concierto del dia 1 fue tan mágico para ti, como lo fue para los que lo vimos : )
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