jueves, 17 de junio de 2010

Limpieza étnica y poetas..., Slavoj Zizek

(S. Zizek, foto de aquí).

Entrevista para El País, de uno de mis autores admirados en la última década, Slavoj Zizek.

Por Francesc Arroyo.
"Hay una poesía que actúa como fundamento de las patrias y sin la cual no podríamos entender el odio", apunta el pensador esloveno Slavoj Zizek (Liubliana, 1949). Por eso, propone: "Necesitamos controlar a la poesía, tras cada limpieza étnica hay un poeta". El lunes ofreció una conferencia en Barcelona en la que reflexionó, como en su último libro
(Sobre la violencia, Paidós), sobre el mal, las perspectivas del capitalismo, el hundimiento de los proyectos colectivos tras la desaparición del mundo soviético. Aunque se reconoce como izquierdista, sostiene que habla "sin nostalgia" porque el "socialismo de Estado tenía que morir. En realidad, cuando se certificó su defunción llevaba años muerto, sin saberlo". Y lo explica con una imagen sacada de las películas de Tom y Jerry: "El gato corre, se acaba la tierra y sigue corriendo en el aire. Hasta que mira abajo y ve que lo hace en el vacío. Y se cae precisamente por mirar". Se confiesa pesimista a largo plazo. "El futuro de la democracia", afirma mordaz, "es Berlusconi. Un gobernante que construye un Estado cada vez más autoritario y que distrae a la gente de vez en cuando con escándalos, como cuando se le acusa de ser impotente y se ofrece para demostrar ante cualquier tribunal que no lo es. ¿Cómo pretendía hacerlo?". Berlusconi, sugiere Zizek, se halla a mitad de camino entre Ubu Rey y Groucho Marx, pero "de modo inteligente" señala el futuro de un capitalismo "autoritario". Como en China. "No es nada seguro que el desarrollo del capitalismo ponga en movimiento los deseos de democracia. El capitalismo asiático funciona sin democracia y no tiene problemas".

La caída del muro de Berlín hundió el socialismo de Estado, a cierto tipo de sociedades autoritarias, pero ha terminado por liquidar al resto de la izquierda europea. "La socialdemocracia se reía pensando que desaparecía un contrincante". Grave error. Porque lo que ahora queda son "partidos de derechas, de centro-derecha y de centro-izquierda", todos ellos dedicados a "gestionar el capitalismo, a hacerlo eficiente". Y el rechazo a estas posiciones solo se aprecia en "fuerzas fundamentalistas, nacionalistas y antiinmigrantes". "Zapatero en España, Obama en EE UU, supuestos gobernantes de izquierdas obligados a tranquilizar mercados".

Los Gobiernos de izquierda tienen todos la misma evolución: provocan, al principio, un cierto entusiasmo: la convicción de que algo cambiará; el capitalismo les permite legalizar el aborto, las bodas homosexuales, asuntos de género. Nunca las reglas del mercado. La solución a esto solo puede llegar, defiende con entusiasmo, "de la izquierda radical, en caso contrario el centro-izquierda tendrá que acabar pactando con los fundamentalistas".

En el presente, lo que domina es la posideología, la pospolítica. Hace 20 años, cuando Francis Fukuyama anunció el final de la historia, se le tomó por obnubilado. "Pues ha triunfado. No hay un solo parlamentario en Europa que piense en otros términos que el parlamentarismo liberal", cuenta Zizek que no hace mucho se reunió con Fukuyama y pudo saber por este que ya no cree en su tesis sobre el fin de la historia. Han aparecido elementos, le dijo, que modifican todo: "La biogenética y la crisis ecológica". La biogenética permitirá, a medio plazo, actuar sobre los individuos y eso "no se puede dejar en manos del mercado". Pero cuidado, porque si se ve una luz al final del túnel, probablemente es otro tren que viaja en dirección contraria.

Mientras, lo que le queda a los filósofos, "es explicar y explicar. Y apartarse del liberalismo eurocentrista". Zizek, que parte muchas veces de anécdotas, novelas y películas para dejar claro a qué se refiere, cuenta que Terry Eagleton le contó que el historiador Osborne fue a dar una conferencia a unos obreros y empezó diciendo que lo que iba a decirles tenía que ser relativizado, que era su punto de vista, que él no sabía más que ellos. Y uno de los asistentes le increpó: "Pues váyase, se le paga por saber más que nosotros y contárnoslo". El filósofo debe transmitir conocimientos a los demás, invitarles a pensar el presente de forma crítica. Empezando por el uso del lenguaje contaminado de violencia hasta en sus términos más aparentemente pacíficos. Por ejemplo, "tolerancia". Zizek invita a revisar los discursos de Martin Luther King, del feminismo contemporáneo: "No hay peticiones de tolerancia, King no pretendía que los blancos toleraran a los negros ni las feministas quieren que se las tolere. Reclaman igualdad, cuestionan lo que hay", que es algo muy diferente. Y señala la ironía de que su intervención se produzca en un centro de arte (Santa Mónica, en Barcelona) en vez de en la Universidad. "Es cada vez más frecuente".

Zizek termina su entrevista invitando al periodista a utilizar sus palabras: "Manipúleme orwellianamente, tiene permiso. Sorpréndame mostrando lo que he dicho". Eso está hecho.

3 comentarios:

o algo así dijo...

creo que la poesía es arte,
el arte expresión
(de lo que la belleza nos provoca)
y que son libres
y, hasta cierto punto,
inconscientes;
pienso que al menos en un principio
son libres ya que después de creados
pertenecen también a lo social y lo histórico
donde cada cual los instrumentaliza
a su manera y conveniencia,
creo que el arte es a veces además exaltativo
pero que el individuo a su vez lo entiende y asimila como quiere,
generalmente influido por algún credo, ¿pero qué ocurre con quien no tiene más que una interpretación pretendidamente generalista?;
con respecto a capitalismo asiático y democracia:
sostengo que históricamente toda dictadura, a la larga, es incapaz de controlar sus fisuras;
tolerancia, igualdad y mujeres son términos que me preocupan, porque qué ocurriría si las mujeres decidieran menospreciar a los hombres tal y como ellos hacen con ellas, qué pasaría si, hartas de tanta opresión, intolerancia y desigualdad, gestaran una revolución, una de verdad para entendernos, ¿dónde o en qué situación quedaría el hombre?,
un pensamiento o doctrina filosófica engloba muchas cosas,
el capitalismo está desde hace siglos herido de muerte
al producirse la disyuntiva trueque/comercio
al infravalorar/se el valor de alguna de las partes,
y no le veo ninguna esperanza al ser humano mientras siga masacrando su hábitat, la superpoblación sería el segundo problema a tratar, muchas tesis fundamentalistas hablan del control del crecimiento
pero filósofos, historiadores y demás nos dicen que la premisa inicial es correcta, que hay que hacer algo, o es que no se hace ya?, seguramente seamos un compendio de todo y nadie se libre de ningún calificativo;
dialogo sobre un 'trans/post/humanismo-científico contemporáneo' pero bien entendido, a sabiendas de que ha sido descrito por Francis Fukuyama como «la idea más peligrosa del mundo«;
me entristece que no podamos ser al mismo tiempo hombre y mujer y posicionarnos mejor culturalmente,
¿existe verdaderamente el amor libre? o somos hippies a medias, y aspiro a que se nos permita toda expresión artística, a que nadie sienta incomodidad ante nada
... cuando todo sea realmente como debiera
y/pero lo único que reivindico es el jodido pacifismo

Anónimo dijo...

hola,
yo creo en que reivindiquemos toda nuestra expresión artística, y que sea "ya".
yo creo en que el tiempo que se mide por el dolor y la violencia no es el tiempo que le pertenece al ser humano.
yo creo en que no sé hablar de política porque no entiendo y me da vergÜenza no querer entender a "la maquinaria", al "descredo en el ser humano", a tanta y tanta ausencia de poesía, en la vida en sociedad y en la vida de cada uno de nosotros.

yo creo en que estos días, a través de distintas novelas españolas del XX, me asoman a una realidad medida por la guerra, la decadencia de la ciudad, y la irrealidad del ser humano, que siente que sobra y se define por su hambre, (("hombres que no tienen derecho a disponer de unas horas diarias para pensar y olvidarse de su tragedia, para gozar o lamentar la oscura poesía de existir, para escuchar una canción o no hacer nada..." -de ´"Luciérnagas", A.M.Matute))
Yo no sé cuál será la "hostia emisaria del odio popular" pero es toda ubicuidad.
yo creo en el dramatismo de "Somos mojamas tendidas al aire purísimo de la meseta que están colgados de un alambre oxidado, hasta que hagan su pequeño éxtasis silencioso" -de "Tiempo de silencio", L. M. Santos). yo creo en la dimensión de "Como si el hombre no fuera el mismo en todas partes: siempre tan inferior en la precisión de sus instintos a los más brutos animales y tan superior continuamente a la idea del que de él logran hacerse los filósofos" (L.M.S.). El hombre inconsciente. Francisco Umbral hablará de la "lírica diatriba contra el dolor y el absurdo de la muerte. Y la cultura" -"Mortal y Rosa".
yo creo que el hombre es fuego y es luz y que el lenguaje le permitirá no estar y quedarse en ruinas. El último acto de poder es darle nombre a las cosas, es controlar un sistema lingüístico. Pero el hombre creador de Nietszche está en un puente, busca otro lenguaje?
La vida que reflejan estos libros se ofrece feroz y ridícula. Yo creo en la ferocidad y lo ridículo de la vida que encadena al hombre hoy. Y, la pobreza de la condición humana.
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Después yo creo en que la vida es bella y en colores.
Y creo que hoy se debería escribir un poema y se debería abrazar un árbol.
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Salud a todos.
Salud a Carlos.

Cristina dijo...

Opiniones... No hay que temer que se produzcan revoluciones (a menos que seas un privilegiado y te aproveches de ello). Un movimiento que conlleve un cambio de situación donde se produzca opresión al contrario no es revolución, es simplemente un cambio de poder. Si se consiguiera abrir los ojos y entender las necesidades del otro (y respetarlas) superando el miedo a lo diferente, podría establecerse una base para el diálogo que beneficiaría a todos. La conciliación de lo aparentemente antagónico es la base de la vida. Por otro lado, todo Amor es libre ¿no?